La muerte de Padre Nuestro Y Ave Maria

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M y también uno a todos los santurrones que están en los Cielos, a todos los justos que están en la tierra, a todas y cada una de las almas leales que están aquí presentes. Me uno a Ti, Jesús mío, para loar con dignidad a Tu Muy santa Madre y alabarte en y por . Renuncio a todas y cada una de las distracciones que me sobrevengan durante este rosario. Quiero rezarlo con modestia, atención y devoción, como si fuera el último de mi vida. Te brindamos, Muy santa Trinidad, este Credo para honrar todos los misterios de nuestra Fe; este Padrenuestro y estas tres Avemarías para honrar la unidad de Tu esencia y la trinidad de Tus personas.

Pide a tu Hijo por nosotros. Por el hecho de que somos pecadores y necesitamos el perdón de nuestros pecados y las gracias para no pecar más. Es la Vida de Dios. El Ángel le afirma a María que ella es llena, plena, de Dios mismo. Está llena de Felicidad y el Señor es y está con ella.

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No podemos decir que adoramos a María, pues solo se adora a Dios (en griego, latría), pero a nuestra Madrecita del Cielo le debemos una veneración particular (hiperdulía) por encima de los demás santos, incluyendo los ángeles. Nos ponemos en sus manos «en este momento», en el hoy de nuestras vidas. Y nuestra seguridad se ensancha para entregarle desde este instante, «la hora de nuestra muerte».

Y te pedimos, por este misterio y por intercesión de Tu Muy santa Madre, paciencia en todas nuestras cruces. Te brindamos, Señor Jesús, esta octava decena en honor de Tu coronación con Espinas. Y te pedimos, por este misterio y por intercesión de Tu Muy santa Madre, el desprecio del mundo elcredocatolico.com. Te ofrecemos, Señor Jesús, esta sexta decena en honor de Tu Agonía mortal en el huerto de los Olivos. Y te pedimos, por este secreto y por intercesión de Tu Santísima Madre, la contrición de nuestros errores. Te ofrecemos, Señor Jesús, esta quinta decena en honor María de haberte encontrado.

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Saludamos a la Muy santa Virgen con las expresiones del Arcángel para alegrarnos con Ella de los singulares privilegios y dones que Dios le concedió preferentemente a todas las otras criaturas. El Avemaría se llama salutación angélica por el hecho de que comienza por las palabras con que el Arcángel San Gabriel saludó a la Virgen María. Las preocupaciones nos ayudan a hacer penitencia de nuestras culpas, a ejercitar las virtudes y, sobre todo, a imitar a Jesucristo, nuestra cabeza, a la cual es justo nos conformemos en los padecimientos si deseamos tener parte en su gloria. Para evitar las tentaciones debemos huir de las oportunidades peligrosas, tener a raya nuestros sentidos, recibir a menudo los Santurrones Sacramentos y valernos de la oración. No, señor; no es pecado tener tentaciones; pero es pecado consentir en o exponerse de manera voluntaria a riesgo de consentir. Nuestro errores se llaman deudas pues debemos satisfacer por ellos a la divina justicia en esta vida o en la otra.

Voy a ser su amparo y refugio en la vida y en la hora de la muerte. Les daré las gracias primordiales para cumplir software tintorerias con sus deberes. San José, padre adoptivo del Sagrado Corazón de Jesús, ruega por .

Pero Jesucristo, que nos quiere interminablemente –igual que el Padre nos quiere- nos logró el derecho –que no merecemos- de ser también hijos de Dios. Mencionamos que el Bautismo nos hace hijos de Dios. Está bien. Jesucristo. Un día los Apóstoles le solicitaron que los enseñara a orar y Jesús compuso esa oración para y para todos . Y Ella concibió por obra y gracia del Espíritu Santo.

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