Vida , Muerte y Oracion A Jose Gregorio Hernandez

oracion a jose gregorio hernandez

El heroísmo y las virtudes fueron proclamadas por Juan pablo II en enero de 1986. 23 octubre de 1975 los retos fueron trasladados a la iglesia parroquial la Candelaria. El proceso se inició en el primer mes del verano de 1949, a los 30 años de su muerte, siendo Arzobispo de Caracas Mons. Lucas Guillermo Castillo quien ordenó la etapa informativa. Mucho se habla acerca de la pronta beatificación de este hombre de Dios.

Entre los beatos a los que gran devoción se les profesa en diversos lugares de todo el mundo y de forma especial en Venezuela es al Doctor José Gregorio Hernández a quien se le realizan oraciones de curación por su gran entrega como destacable científico en favor del pueblo lleno de espiritualidad. El día de hoy y el tiempo que nos quede de vida, transforma nuestro lloro en tal y gozo, a fin de que consiguiendo las gracias que te suplicamos, alabemos siempre y en todo momento y en toda situación tu nombre y no dejen jamás nuestros labios de proclamar tus loas. Que tanto has bendecido a tu leal y amado siervo José Gregorio, y que por tu gran y asimismo sin limites clemencia le diste el poder de sanar enfermos y auxiliar a todos los necesitados, concédele Señor la gracia de sanar mi ánima y mi cuerpo, toda vez que sea para tu gloria. José Gregorio Hernández nació en los Andes Venezolanos, en un pueblito llamado Isnotú del estado Trujillo, el día veintiseis de octubre de mil ochocientos sesenta y cuatro. Al doctor José Gregorio Hernández se le debe la introducción del microscopio a Venezuela. No se conoce cuándo ocurrirá la beatificación, pero en tiempos tan convulsos como los que vive Venezuela, su nombre es un aspecto de unidad.

«padre, Te Doy Gracias Porque Me Has Oído»

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Tiene su Retiro en el chato etérico de la Meseta de Esnujaque en el Estado de Trujillo, Venezuela. Nació en Isnotú el 26 de octubre de 1864, y desencarnó en la esquina de Amadores, en Caracas, el 29 de junio de 1919. Quizás entre las oraciones más conocidas dirigidas a José Gregorio Hernández fue la escrita por Monseñor Rafael Arias Blanco, Arzobispo Coadjutor de Caracas a lo largo de los años 50. A continuación se abre este petitorio con la referida oración, para entonces darle paso a varias fórmulas nuevas que nos dejarán alivio y consuelo en las horas aciagas, encontrando el camino hacia el Padre por intermediación del ejemplo y virtudes del «Medico de los Pobres».

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Por Los Enfermos

Por mi Salud Dr. José Gregorio Hernández, durante más de cuarenta años recorriste las calles de la región, visitando varios enfermos. Los entendimientos que adquiriste en la universidad, el fruto de tus investigaciones y de tus estudios continuos, te llevaron a convertirte en un médico insigne. Hoy solicito tu asistencia y que Dios, nuestro Señor, guíe tus manos para aplacar mi mal y calmar mi desesperación.

En Caracas inició sus estudios en el respetado Colegio Villegas, donde fue un estudiante increíble y también hizo de la lectura su mejor actividad. Asiduo a los tradicionales, próximamente adquirió una cultura enciclopédica. Sus calificaciones fueron de excelencia, con lo que recibió continuas distinciones y premios. A los 17 años ingresó en la Facultad Central de Venezuela donde prosiguió control de obras cosechando sobresalientes y el reconocimiento de ser el mejor estudiante de medicina en la facultad. Además, sabía música, controlaba el inglés, la lengua francesa, el portugués, la lengua alemana, italiano y latín; comprendía el hebreo, y poseía un gran conocimiento de teología y filosofía.

No solo en términos católicos, asimismo en términos de identidad. La santificación del Dr. José Gregorio Hernández podría ser una buena medicina para este país dividido. José Gregorio Hernández fue un hombre inusual en sus virtudes, pero terrenal como todos. Su apariencia mundano en nada resta a su condición de santo. Fue entre los médicos más relevantes del país, responsable del primer microscopio que llegó a Venezuela.

El clamor habitual movió el comienzo de su causa de canonización, iniciada ya en 1949; en 1957 se realizó el proceso rogatorial en la Ciudad de la Habana, presidido por el primer cardenal de Latinoamérica, Manuel Arteaga y Betancourt, quien de joven había estudiado con José Gregorio Hernández en Caracas. José Gregorio Hernández nació en la cordillera de los Andes de venezuela, el 26 de octubre de 1864, en Inotú, un pequeño pueblo del estado Trujillo, de padre colombiano y madre canaria; ella lasaromaterapias.com fue una mujer muy devota, de profunda religiosidad, que falleció cuando José Gregorio tenía apenas 8 años de edad. Él quiso ser letrado, pero su padre lo orientó hacia la medicina, una carrera que él aceptó por completo y en la que descubrió un medio muy eficaz para contribuir a los pobres y necesitados.

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